No faltó la clásica empanada con bebida, compartida entre colegas en un ambiente fraterno. Posteriormente, toda la comunidad bajó a compartir un almuerzo que selló la celebración.
Con estas actividades, el colegio quiso reconocer el trabajo y la vocación de sus equipos, reafirmando que la educación también se construye desde la alegría, la tradición y el espíritu de comunidad.